Kiko Peña, hijo de una de las componentes de las eurovisivas Son de Sol, no convence en La Voz
Francisco Peña, o Kiko, como todo el mundo le llama, tiene 23 años y viene de Écija, Sevilla. Sus raíces son flamencas y viene de una familia que siempre se ha dedicado al arte flamenco. De hecho, su madre y sus tías tienen un grupo llamado Son de Sol y se presentaron con la canción Brujería a Eurovisión. El joven recuerda con emoción el momento que vio a su madre tan pequeño en la gran pantalla.
El concursante lleva ya muchos años dedicándose a la música, desde los 14 años, y colaborando con grandes cantaores como Manuel Parrilla, Monaguillo, Miguel Poveda… este último es un amigo de su familia y el programa La Voz 2019 quiso sorprender al talent enseñándole un mensaje de ánimo del artista.
“He venido a la voz porque me gustaría reflejar mi persona y mi música a todo el público y que sepan apreciarla”, promete el sevillano. Para ello, acompañado de su guitarra interpretó Lágrimas Negras en su audición a ciegas. Los coaches disfrutaron con su tema, incluso le seguían el ritmo, pero finalmente nadie se giró.
Antonio Orozco fue el primero en animar al concursante en que no se rindiese explicándole que él se había emocionado mucho su forma pero le faltaba que se rompiese así que le pidió que por favor volviera a intentarlo.
Pablo López a su vez, destacó el coraje del participante por haberlo intentado y el coraje que le daba él no haberse girado. El talent se tomó bien la decisión del jurado y se fue del escenario con una sonrisa y un abrazo de los jueces.
“Creo que reflejado mi manera de cantar y y bueno muy contento porque el público desde el primer momento me ha recibido muy bien. Es un minuto y medio en el qué hay que darlo todo y tocar el instrumento y yo por lo menos me ha gustado he disfrutado”, explicó animado Kiko.